<< Duendes y mesas de pool >>

^ El método surrealista de la escritura colectiva me sugirió esta idea de pensar que tanto en lo individual como en lo colectivo no nos hacemos solos. El caos como forma de discurso y la permanente búsqueda de un origen y un destino es algo aterrador pero definitivamente excitante.^
Fito Paez, en cadáver eXquisito,
( Euforia)

En una búsqueda intensa, por la cual nuestro equipo de investigaciones se a expuesto a frustraciones y torturas repetidas, hemos encontrado la verdad del inconveniente "cómo funcionan las mesas de pool".
Ya lo he dicho, ha sido irritante. Debido a nuestro bajo presupuesto, hemos tenido que intentar profanar algunas mesas públicas donde las fichas eran más baratas y, sin embargo, no hemos tenido éxito. Los propietarios de mesas de pool son celosos de sus instrumentos de lucro y no dejan destrozarlas. Seguramente, esto se debe al misterioso secreto que guardan, no creo que pueda haber otra razón.
Pero, ¿por qué querría alguien averiguar algo asi? Es obvio. El dogma que hoy en día rige, eso de que las mesas funcionan por cierto mecanismo que discrimina a la bola blanca de las demás por su peso, es totalmente absurdo. ¿Quién podría creErselo? No cierra por ningún lado. O sino ¿alguien ha visto alguna vez, no sé, un mecanismo que haga tal cosa? Podría ser algo computarizado, pero nunca he visto un "windows" para mesa de pool, ni nada por el estilo.
Luego de manejar una gran cantidad de hipótesis, esperando a que se desocupe el baño, cai en la verdad: Claro, DUENDES.
Pero, ¿por qué duendes? pensaran ustedes. Bueno, intentaré plantear mis razonamientos, no sin antes advertir que cualquier plajeo será castigado con la muerte.
Lo primero fue pensar en lo siguiente: No pueden ser enanos porque ellos miden más de 30 centimetros, constitución demasiada extensa para lo que es el interior de una mesa de pool; ni pitufos, pues todo el mundo sabe que estos seres son daltónicos, cosa que los haría incapaces de diferenciar la bola blanca de las demás (alguien podría decir que las bolas están numeradas y no necesitan un reconocimiento de color. Ninguna de esas personas ha tenido una bola gigante rodando delante de ella, salvo que sea Indiana Jones). Sólo podrían hacerlo los duendes, esos que los viernes a la noche se los pueden ver en el Peralta, escondiéndose de las masas y disfrutando del único lugar público nocturno donde no son discriminados. ¿Y cómo podrían estos seres ver en la oscuridad de una mesa de pool? exclusivamente con el uso de cascos con linternas, capaces de protegerlos de golpes y alumbrar a las bochas sin tener que usar las manos. Esto parece muy útil para establecer un sistema de señas, por el cual se pueden comunicar sin hacer ruido alguno y no dar lugar a sospechas, lo que nos hace dudar sobre el funcionamiento individual de las mesas, y, al parecer, se trataría de varios duendes por sistema de juego. De precisamente ese lugar llegué yo a pensar que, estando acompañados, no parece un trabajo forzoso y podrían estos seres hacerlo gratuitamente. Pero esto no bastaba, pues seguramente son jugadores frustrados, como los periodistas deportivos lo son del fútbol y los chimenteros de los actores, y en su imposibilidad de practicarlo disfrutan siendo parte del sistema. Y justamente aquí es donde cierro mi teoria, con el razonamiento más asombroso: de seguro juegan back gamon. Nadie en el mundo lo compra, ni lo juega. Ellos son seguramente los que le dan vida a este producto, y, como nadie los ve, seguramente pasan sus ratos libres disfrutando de este aburrido e impopular juego.

Aquí es donde concluyo mi informe, si alguien quiere refutarlo (no veo el porqué, todo parece muy claro) o agregar algún descubrimiento, es libre de hacerlo...